La semana pasada os traía un listado de los juguetes sexuales inteligentes más revolucionarios del mercado. Y hoy queridos amigos, lectores y seguidores… lo que traigo son malas noticias. Además de inteligentes, son juguetes sexuales espías.
Ahora resulta que en casa podemos encontrar muchos más espías de los que creíamos. Cada vez los hogares se vuelven más inteligentes, gracias a la multitud de aparatos y sistemas que ofrece el mercado. Pero esto también implica que nos volvemos más vulnerables.
En el caso de los juguetes sexuales, al igual que permiten el control a distancia y conocen tus gustos más íntimos, pueden ser hackeados.
Recientemente, expertos en seguridad informática han demostrado que existen juguetes sexuales cuyos datos no están a salvo por el simple hecho de estar conectados a Internet.
¿Qué significa esto de juguetes sexuales espías?
El problema en sí no es que un hacker controle la velocidad a la que vibra tu juguete mientras lo usas. Esto podría sonar hasta divertido.
Se trata de que tu juguete está permitiendo el acceso a tu privacidad, ya sea espiando su uso o recabando información sobre ti como usuario.
Si lo recordáis, algunos de los juguetes sexuales que presentábamos la semana pasada, se conectaban al smartphone o el ordenador haciendo uso de WiFi o Bluetooh, funcionaban con una aplicación y se podían controlar a distancia.
El pasado año la empresa Trend Micro dedicada a la seguridad, demostró en un evento del sector que es posible hackear un vibrador. Lo cual significa que los fabricantes están descuidando un aspecto tan importante como lo es la privacidad de sus usuarios.
Hacer sus productos más seguros implica hacer una mayor inversión que encarecería la producción y que de momento no se sabe muy bien si están dispuestos a asumir.
La vulnerabilidad de los juguetes sexuales afecta tanto a los fabricantes como los usuarios. Por un lado, el acceso al back–end permite el chantaje al fabricante.
Por otro lado, los usuarios pueden verse chantajeados o extorsionados con la información o grabaciones robadas.
La marca de juguetes sexuales We-Vibe
Los fabricante niegan que esto sea posible y justifican tres niveles de seguridad. La de los servidores, la de la app y la del usuario. Pero esto no ha convencido a los expertos en seguridad. Quienes además, han descubierto que hay empresas que se dedican a registrar los hábitos de uso de sus usuarios.
La marca de juguetes sexuales We-Vibe es propiedad de Standard Innovation Corporation. Y tras su último lanzamiento, el We-Vibe 4 plus, ha sido acusada de espionaje. El vibrador se conecta a una app y envía los siguientes datos a los servidores de la compañía cada vez que el dildo es usado.
- La temperatura del dispositivo cada minuto.
- La modalidad preferida.
- La duración e intensidad de uso.
- Los cambios de vibración.
El fabricante ha justificado este registro de datos como la oportunidad de mejoras para el mercado y la industria de los juguetes sexuales. Es decir, ofrecer una mejor experiencia a los usuarios. El problema es que no se especificaba en su política de privacidad.
Esto ha derivado en una demanda por parte de un grupo de usuarios ante un tribunal federal de Illinois, en Estados Unidos. Lo que ha hecho que la compañía borré todos los datos almacenados en sus servidores y se haga cargo de la indemnización.
¿Mi opinión al respecto de los juguetes sexuales espías?
La gran cuenta pendiente del Internet de las cosas sigue siendo la seguridad de los dispositivos. Esperemos que pronto haya avances en la materia.
Estos juguetes sexuales espías pueden mejorar notablemente la vida sexual de hombres y mujeres. Hasta ahí estoy de acuerdo de la recogida de datos siempre que el usuario de su consentimiento expreso.
El problema que yo veo es que estos datos se almacenan y existe el riesgo de que se pierda el control sobre los mismos. Y esto podría influir en la imagen social de una persona. Tanto el chat como el uso de la cámara, infieren un mayor riesgo por el tipo de información que implican.
El voyeur ya no es una persona si no el propio dispositivo que metemos en casa. Me parece un tema delicado si otorgamos a nuestra vida sexual la importancia y privacidad que merece. Mi recomendación es tener cuidado con qué metes en tu cama y leer muy bien la letra pequeña.
Comparte y haz que todos se enteren.